Por mi gente pobre buena
quiero escribir esta carta,
estando nuestra tierra harta
y al rico no le da pena.
Tiene en perpetua condena
a los pobres como esclavos,
con irrisorios centavos
para lograr su sustento.
El rico duerme contento
y el pobre en cama de clavos.
Por mi gente pobre buena
vaya este fuerte jalón.
Si el azote del patrón
les aumenta la faena,
viendo en la riqueza ajena
el esfuerzo de sus años
y hacer creer con engaños
que serán más sus mesadas.
En las arcas malversadas
jamás entran los extraños.
Por mi gente pobre buena
tienen derecho a vivir
de su trabajo exigir
al menos justa quincena.
Tener hijos por docena,
es como comer cartón
y morir con la ilusión
de salir da la pobreza,
sabiendo que la riqueza
envilece el corazón.
Por mi gente pobre buena
tus hijos son los soldados,
de tus patrones malcriados,
racimos de la veintena.
Obreros de una colmena
para la guerra inminente,
entran con el sol naciente
escarbando las botijas.
Jugándose en las ouijas
sus vidas en sol poniente.
Por mi gente pobre buena
si llegan a ser patrones,
no repitan las canciones
cuando llegue su verbena.
Recortando la melena
al largo resentimiento,
cantando en todo momento
canciones de humanidad,
repertorios de humildad
en su tranquilo aposento.