Hoy semblante dorado,
Se respira la atmósfera de nacer otra vez,
De renovarse a la luz de esperanza,
Sendas amarillas, tranquilidad amada,
Una sonrisa sonrojada, el verso marcado en sus cabellos,
Intimo entusiasta la realidad advierte, sus golpes a la vereda amada,
Solo reír, siempre impersonal una batalla,
Relojes anticuados de los recuerdos de los orbes
Senda cruel perjudicial semblante,
a viva voz,
hace galopar al fragor de la batalla,
sus cien ruedas enemistadas,
sucumben cuando encuentran su desastre,
estrofa al pie de la montaña,
entre tanta maravilla tentativa.