Un minuto es un relámpago que me unge
Con su alborozo de niños
Los sueños de sus pupilas
Que me sumergen en estrellas palpitantes
Iluminando la esfera, con sus celajes infantes
Quisiera regalarles el camino, para recibir de ellos las pisadas
Para recorrer las distancias con sus pasos sin tiempo
Apresado a sus dedos, en la libertad de mi alma
Ascendiendo montañas, alcanzado los sueños
Un minuto es un viaje, a un mágico horizonte
Donde el verdor es eterno y el aire sonrisas
Los latidos son juegos y las muecas lenguaje
Los abrazos escudos para vencer los fantasmas
Préstenme sus manos para bordar los oleajes
Pintar nubes al cielo y azul a las cascadas
Dibujar arco iris a las tardes soleadas
Y maquillar de esperanza nuestros rostros ancianos
Préstenme sus noches para decorarlas de estrellas
Ataviarlas de flores como jardines de juegos
Custodiarlas con ángeles hasta que llegue la aurora
Y descubrir la mañana con renovadas cabriolas
Quisiera regalarles pupilas para que descubran la vida
O un manojo de golpes para que eviten dolores
Pero la vida es camino que les dará enseñanzas
Y solo con traje de pasión vencerán sus adversidades
Quisiera que vistan mis canas y que descubran mis huellas
Con su inocencia en el alma y la candidez de sus miradas