Gonzalo Ramos Aranda

Crónica rimada Antilópez (09-IV-2019)

Me da pena el Presidente

descortés, tan displicente,

que ofende a la sociedad

con su voz de suciedad.

 

Cuando se sube en el podio

dando su discurso de odio,

al son de: “no estás conmigo

(lo siento) . . . eres mi enemigo”.

 

Por ejemplo, a periodistas,

bajo múltiples aristas,

a los que llama “fifís”

con verborrea y frenesí.

 

Haciéndoles mil reproches

tachándolos de “fantoches”,

hipócritas, conservadores”,

con mensajes retadores.

 

No soporta lo critiquen,

menos quiere que lo ubiquen,

luego, luego, “se me esponja”

y vuelve a su jerigonza.

 

Diciéndoles “doble cara”,

así, se desenmascara

en su verdadera esencia

como rey de la indecencia.

 

Ante la opinión mordaz

echa un salto para atrás,

no aprende a lidiar con eso,

al peje le falta seso.

 

Actuando así decepciona,

pues, por todo se emociona,

no controla sus instintos,

se pierde en sus laberintos.

 

Carece de todo aguante,

presto, “se pone los guantes”,

recae en la intolerancia,

su verdadera fragancia.

 

López Obrador se pica,

pica, pica, hasta replica,

diciendo: “tengo derecho”,

pero, sale muy maltrecho.

 

Queda como irrespetuoso,

me parece pavoroso

que por todo esté peleando,

que con todos se esté dando.

 

Luego, para más pesares,

se pone a citar a Juárez,

para mí, queda en vergüenza

dándome tristeza inmensa.

 

Un presidente concilia,

aviene, se reconcilia,

pacifica, pacta, acuerda,

con el mundo, al fin, concuerda.

 

Qué indignidad la de Amlo,

¿ese es su mentado “cambio”?,

¿el tratar de desunirnos

es uno de sus designios?

 

¿Cuál autoridad moral?,

más bien es un inmoral,

cayendo en la “calentura”

“arrastra” su investidura.

 

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda

Ciudad de México, a 09 de abril del 2019

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