Estremecido te admiro,
Irresistiblemente me inspiras,
creación estremecida, designios profundos,
mi ser en su aventura.
El fulgor resplandeciente de tus cabellos,
anima a sentir la doble primavera,
al poeta los rayos de tu faz serena lo alimentan,
dulce creación mística, primicias de un nuevo canto.
Ojos celestiales, ventura mía
perseguiré tu hado de este amor ciego
tu silueta, parda vestidura,
sublime tempestad del yerto polo.
Quien pudiera descubrir tus misterios escondidos,
aquellos ojos férvidos abrazador de los desiertos,
ese diamante armado profundo de tus huellas.