Arráncame la lanza del costado
aunque salga mi sangre a borbotones,
de haber tenido yo dos corazones
los dos sin duda a ella hubiera dado.
Arráncame el puñal que me ha clavado
pues para amarla no tengo razones,
desde que se ha marchado de mi lado
no me quedan deseos ni pasiones.
Me pregunto si alguna vez me quiso...
ella era diferente a otras mujeres,
no buscó nunca ningún compromiso.
Me dio a saborear nuevos placeres
haciéndome llegar al paraíso;
la lanza y el puñal... son mis ayéres.
J.M.BRAZAL