Hacia tanto ya de aquel tiempo
En donde un hombre no escuchaba en su pecho
Aquel sonido tan debastador
Un insaciable y constante golpeteo
No era de extrañarse, pues este sentimiento
Ya lo ha invadido en su pecho temeroso
Un sentimiento que desde el fondo lo miraba
Y el temía, pensaba y se extrañaba
Pues conocia el origen de aquel tormento
Aquel que sustraía de su cuerpo
Su alma como un vil alimento
Dichoso, soñado, pero siempre devastado
Pues solo oir su nombre, lo llenaba de vértigo
Lo atraia, lo seducía a caer profundamente
Al cruel y maravilloso camino del amor
Violento, tierno e interminable.