Alejandra Pizarnik
Escondo antinomias recurrentes
bajo una corteza vulnerable.
No me arrepiento...
pero me siento mísera.
Yo, huérfana de virtudes,
anhelo la paz de aquellos días
en que era cotidiano
mecer la vida delineando
ilusiones amarillas.
Tú, como yo,
no sabes mejorar los cristales
de las auroras perdidas,
pero quieres recuperarlas.
Quieres la luna
del mismo color que yo.
Mientras deambulan por la piel
células vacías
emerge sobre las ruinas
la poesía de la vida.
Yo, criatura caminante
hecha de plegarias
y luces adormecidas
te escribo a solas
en el jardín de la osadía.
Juguemos este juego:
el de soñar y andar viviendo
y pulsemos, como los ángeles,
la lira de los días
sin hacernos cenizas.
Del Libro “El jardín azul” publicación conjunta del IEA, Instituto de Estudios Almerienses, en el Libro “Cuatro poetas”, 2014.