La indiferencia es el estado más cómodo del ser humano,
Ubica al hombre en el espacio intermedio,
No distingue si es de aquí o es de allá,
Oye el ruido mas no escucha,
Puede mirar pero no ver.
La indiferencia nos convierte en seres abióticos,
Simples e inanimados, incapaces de ningún movimiento,
Encerrados como prisioneros en un mundo único,
Embargados de alexitimia.
La indiferencia ha mudado las mentes y los cuerpos
En espectros ante los ojos de quienes nos ven,
Y esperan que nos ubiquemos en el proscenio para actuar,
Y encender la voz con vehemencia.
Milye100418 Escrito en ocasión de una de las más grandes desgracias que hoy embargan mi alma y que me hacen estar tan triste como el frio que embarga el alma del peregrino. Copyright. Managua, Nicaragua