Desgraciado este pobre soldado su lucha
por el amor que tuvo y jamás lo consiguió.
Vedle en su desgracia (y sueño querido) mucha
más pudo su calamidad que su amor jamás llegó.
Siempre gustó de la mágica curva femenina,
como su mano desnuda siempre la hablaba,
para decirle que la quería tocar por ser heroína:
siempre soñó mismo sueño y nunca contestaba.
Ella no quiso que la tocara,porque decía
que semejante sujeto,jamás estaría a su altura.
Desdeñosa desde un principio,jamás quería
suceso tan simple.Este desdén tan habitual,
que más sueño,ya es imposible y nada accidental
hecho...el reloj pasa y no hay mano en la cintura.