Se fueron días,
horas y minutos,
como si ya del tiempo
nadie se acordara.
Y la gente olvidó de hablar,
de llorar y hasta de reír,
y hasta paró la vida ,
oculta tras un velo gris,
y las calles de antes
quedaron mudas,
arrulladas por las hojas muertas
de aquel otoño
de un compás sin término,
y los postigos dejaron de abrirse,
ocultando nuevas vidas tristes
en cualquier morada antigua.
Lo imposible llegó
para quedarse,
lo inimaginable
se asentó
con fuerza,
como si aún fuera uno
capaz de sorprenderse,
de sacudir un poco más
aquel anodino presente .
Y todos los que antes fueron
dejaron de serlo ,
y pensaron con miedo
en un presente extraño ,
de notas vacías ,
de aves sin alas,
de flores sin vida...