En este claustro tan ruín y tan soez
Recurro a pensarte por enésima vez,
En esta noche tan fría y tan mordaz.
En este encierro que encierra solo estrés
Y ansiedad y distancia, y lobreguez,
Es lo nuestro tan nuestro que es vivaz.
En esta cárcel llena de oscuridad
Te escribo solo a tí desde la inmensidad,
Amor encendida que nos predispone.
Y el destino y la realidad
Nos aleja ya la tempestad,
Aquella que las inclemencias nos impone.
Ámandote más aún desde mi cuarto
Tanto que de amor estoy lleno harto,
Que te veo aún frente al espejo.
Aún en este encierro del que ya estoy harto
Observando solamente desde el claustro,
Viendo al mirlo volar a lo lejos.
Noto como vuelve tu sonrisa
Que de felicidad tus dientes nos desfilan,
Al cruzar nuestras miradas necias.
Y veo varado en la cornisa
Al mirlo que vió como nuestro amor destila,
Cuando nuestros pechos en unión apremian.
F. Martínez
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