Raul Gonzaga

Más que hombres, elementales

Se me acercó lentamente,
con sus ojos inyectados
de un vacío, sus manos,
con un temblor que no pueden

sostenerse, de tal suerte
que no pude saludarlo;
una sonrisa en sus labios
de una burla que se muere;

me golpeó sin mirarme,
sin aparente motivo,
y aunque trataba de hablarle

él, parecía perdido;
más que un hombre, fue un mutante
el que me salió en el camino...