Alberto Escobar

Yerra

 

Fracasa mejor.

—Samuel Beckett—

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Aprender
Progresar
Dar paso tras paso
en el camino asignado.
Tropezar, sin tropiezo
no hay vuelta a empezar.
Si una piedra daña la punta
del zapato pararse, y pensar.
El yerro es la bestia,
el ogro a batir, apartad
ese caliz de mis labios,
vade retro, nihil obstat.
El yerro es el arcángel
que nos anuncia una buena nueva,
que nos abre los ojos a un paisaje
claro y soleado allende la senda,
el equívoco es glóbulo de mi sangre,
tu sangre, su sangre, y no debe ser
extirpado con fórceps ninguno.
Fundemos una nueva religión
que tenga como único dios
el error, y sus adláteres sean
el despiste y la desatención;
esa sería la mía —yo, que soy descreído
hasta la médula, que comparto
con mi padre Cervantes el ateismo
cristiano sin ir a misas salvo en bodas
y bautizos—. Decía que esa religión
sería de la que me revestiría de sotana
y casulla hasta ser su obispo, no de Roma
—que ya con la que tiene tiene bastante—
sino de cualquier otra ciudad que presentara
digna candidatura.
Os animo a hacer vuestros votos
y consagraros a su culto con toda la fibra
que guardan vuestros corazones.
Aprendo
Progreso
Doy paso tras paso
Me caigo y me repongo
como un tentetieso,
y corro si es preciso,
cuando el guijo del camino
me permite y concede
a mis pies el descanso.