La mañana fría es testigo
testigo de un encuentro diario
entre ese papel y esa pluma.
El papel vacío en espera
a que la temerosa pluma
tome una determinación
deje caer la tinta fresca
expresar sincero sentir
de alma eternamente encendida
y tal vez poco comprendida.
Para el papel: acto de entrega
entrega lo mejor de si.
La pluma no debe dudar
el papel dispuesto estará.
Pero la pluma se detiene
no desea aquí consagrarse
a la simple oportunidad
de lograr con unas palabras
su gran corazón conquistar.