Doblo la esquina.
Con lo sordidez de quien dobla una hoja de papel
con todas las apuestas dobladas; ya perdidas.
Son días en que preciso un doble
(o desdoblarme)
un doble que asuma los riesgos
en la cruenta vida.
Es muy peligroso doblarse de cintura
sin flexión de las rodillas.
¡Asi ha perdido el ojo un pirata¡
la lobreguez de esta atmósfera cancina
hace que me sienta un pela papas
—¡Perdon!
no quise denigrar de los diligentes
asistentes de cocina.