Con la noche cayendo sobre el llano
se estremecen los sauces con el viento;
y en el alma renace el sentimiento
añorando tu cuerpo tan lozano.
Lo dibujo en mi mente de pagano
ofreciendo pasión de gran portento;
y se nutre de fuego el pensamiento
al sentir de tu aliento lo profano.
Y revivo en silencio los delirios
que vivimos tan llenos de ilusiones;
aspirando el perfume de los lirios
que nacían en nuestros corazones;
al compás de las flamas de los cirios
que alumbraban idílicas pasiones.
Autor: Aníbal Rodríguez.