Devuélveme mis letras, aquellas plagadas de ardor
Enséñame a escribir de nuevo, que ya se me olvidó…
A hacer de garabatos, trazos finos en cartón…
El papel ya no importa,
Hace un par de años ya que el libro se cerró
¿Porque te cuento un secreto?
La mano firme se rompió…
Descompuesto ente titubeante…
Delirante y sin función…
La página quedo marcada con un punto,
Ni seguido ni aparte, solo sin continuación…
Devuélveme la pluma que contaba suavemente al trazo…
Aunque la tinta se llene de mentiras verdes o azules, no importa…
Devuélvelas ya…
Que las hojas se las lleva el viento
Y en ellas no encuentra más que un puñado de desilusión,
Porque no puede contar vidas al albor.
¿No ves que ya la tinta escasea y no hay más de ella en el jarrón?
Deja que las hojas dancen gozosas al movimiento del plumón.
Devuélvelas, son mías…
No dejes sólo el manchón…
Las letras, ellas, son mías…