Llora, traidor, castigo por debilidad.
Llegabas exigiendo cena
con un ramo de azucenas
demostrando solo mezquindad.
Alégrate, magnífica, reivindica tu valor.
Siéntete libre, con pudor.
Sin lágrimas, al supuesto amor.
Sin sellar el corazón.
Arrepiéntete, mundano, mentiroso pagano.
Sin merecer misericordia.
Engañando, creando discordia
en un ser ferviente a tu falso amor
No apagues tu brillo, luz divina.
No te culpes, ni sientas inquina
por un miserable que ni se imagina
que acaba de perderlo todo, por intriga.
No tienes valor, condenado.
Mereces ser desalojado
hasta de la vida misma, desgraciado
sin derecho a nada, desalmado
Mujer, resplandece tu color.
Renace, sin desagradable furor.
Y que el mundo sienta el temblor
de la sólida superación a la mismísima traición.