Cae mi libido en gotas agitadas sobre tu rostro tiñendo dentro de tus ojos caricias mojadas.
Ramilletes de voces seductoras duermen al final de tus párpados, y me besan delicadamente tus leves gemidos.
De tu boca cerrada emerge la imanación que seduce a las mariposas con alas de pasión las cuales suben por tu vientre.
Desde mi tórax se abre un abismo que devora los planetas de tus pectorales.
El erguimiento de mi potestad, ha iniciado la batalla para conquistar el territorio de tus llanuras, para ser colonizado y subyugado en la detonación de dinamitas desde las entrañas del subsuelo.
Me concedes la extensión de tu reino para que mis manos recorran su suavidad.
Nuestras lenguas danzan, nuestras pulsaciones ejecutan la magnificencia de una inusual expresión musical.
Callamos nuestros gritos para que tu piel y mi piel conversen, y en alguna irrupción, sólo acertamos a lamentarnos sutil y placenteramente.