Surcan las aguas
los barcos con sus velas
mientras te duermes.
Sueñas con viajes,
con playas y palmeras,
lejos, muy lejos.
Pero estás cerca,
te encuentras a mi lado
en la alborada.
Empieza el día
y el sol saca colores
al horizonte.
Surge la magia
de mano de un artista
que no conozco.
Miro tu cara
con labios temblorosos
y ojos cerrados.
Pienso en un tiempo
vivido, intensamente,
que ya es recuerdo.
Pero tu sueño
se mezcla con los mares
y con mis sueños.
Sueños y días,
lejanos y cercanos
inolvidables.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/20
Es la eterna figura de esa pareja que está contemplando el amanecer y que surge la escena en que ella se queda dormida en brazos del protagonista y, entonces, los sueños se desatan y también los recuerdos, ante un barco y un mar que se estira perezoso en la madrugada.