#Nauro Torres

Una paradoja, somos.

 

Lloramos al nacer y nos lloran al morir,

nacemos para morir y a la muerte, le tememos;

afloramos para vivir felices y estamos en una sociedad enfermiza;

nos aferramos a la vida y la vida es prestada.

 

Enviamos flores al funeral y no las regalamos en vida;

lloramos en la tumba de los seres queridos

y en vida no expresamos afecto, ni amor;

ofrendamos serenatas en el cementerio

y no parrandeamos con los finados en vida;

no visitamos a la familia ni a los amigos,

y pasamos horas en el funeral cuando muere un amigo;

no miramos el rostro de las personas

y si atisbamos al muerto en el sarcófago.

 

Despreciamos y contaminamos la tierra

y ella es, nuestra primera y última morada;

necesitamos oxígeno para vivir

y lo infectamos con las basuras que producimos;

requerimos del agua para existir

y emponzoñamos sus fuentes.

 

 

Nacimos para contemplar lo bello del universo

 y nos jarta todo lo que vemos;

vivimos corriendo para descansar, luego;

sabemos que la tranquilidad y el sosiego generan vida

y vivimos acelerados y corriendo hasta para comer.

 

El tiempo es fugaz y no vivimos el hoy, el ahora;

creemos que con los medicamentos matamos las bacterias

y atacamos los virus

 y estamos postrados por las enfermedades neuronales.

 

Somos pensantes y nos acorrala la productividad;

la intranquilidad nos impide descansar;

  estamos inmersos en una sociedad cansada,

enfermiza y egoísta.

 

Nacimos amando y vivimos esclavos de pasiones y vicios;

deberíamos vivir para estar alegres

y mostramos aburrimiento con frecuencia;

nacimos para crecer en comunidad

y vivimos solos y con conflictos internos;

cambiamos el Dios creador para vivir esclavizados de la tecnología;

afirmamos que el dinero es la boñiga del diablo

y somos concupiscentes con él y por él.

 

Despreciamos al campesino

 y él siembra los alimentos sanos;

vamos a la playa y estamos inmiscuidos

en conflictos, atajos, pasillos y bifurcaciones sentimentales;

disponemos de la luz del sol y la belleza de la luna

y nos movemos entre paisajes turbios y oscuros rincones

escondiéndonos de nosotros mismos.

 

Pasamos la existencia solucionando problemas

y somos un problema, incluso para nosotros mismos.

 

¡Una paradoja, somos ¡