Lloramos al nacer y nos lloran al morir,
nacemos para morir y a la muerte, le tememos;
afloramos para vivir felices y estamos en una sociedad enfermiza;
nos aferramos a la vida y la vida es prestada.
Enviamos flores al funeral y no las regalamos en vida;
lloramos en la tumba de los seres queridos
y en vida no expresamos afecto, ni amor;
ofrendamos serenatas en el cementerio
y no parrandeamos con los finados en vida;
no visitamos a la familia ni a los amigos,
y pasamos horas en el funeral cuando muere un amigo;
no miramos el rostro de las personas
y si atisbamos al muerto en el sarcófago.
Despreciamos y contaminamos la tierra
y ella es, nuestra primera y última morada;
necesitamos oxígeno para vivir
y lo infectamos con las basuras que producimos;
requerimos del agua para existir
y emponzoñamos sus fuentes.
Nacimos para contemplar lo bello del universo
y nos jarta todo lo que vemos;
vivimos corriendo para descansar, luego;
sabemos que la tranquilidad y el sosiego generan vida
y vivimos acelerados y corriendo hasta para comer.
El tiempo es fugaz y no vivimos el hoy, el ahora;
creemos que con los medicamentos matamos las bacterias
y atacamos los virus
y estamos postrados por las enfermedades neuronales.
Somos pensantes y nos acorrala la productividad;
la intranquilidad nos impide descansar;
estamos inmersos en una sociedad cansada,
enfermiza y egoísta.
Nacimos amando y vivimos esclavos de pasiones y vicios;
deberíamos vivir para estar alegres
y mostramos aburrimiento con frecuencia;
nacimos para crecer en comunidad
y vivimos solos y con conflictos internos;
cambiamos el Dios creador para vivir esclavizados de la tecnología;
afirmamos que el dinero es la boñiga del diablo
y somos concupiscentes con él y por él.
Despreciamos al campesino
y él siembra los alimentos sanos;
vamos a la playa y estamos inmiscuidos
en conflictos, atajos, pasillos y bifurcaciones sentimentales;
disponemos de la luz del sol y la belleza de la luna
y nos movemos entre paisajes turbios y oscuros rincones
escondiéndonos de nosotros mismos.
Pasamos la existencia solucionando problemas
y somos un problema, incluso para nosotros mismos.
¡Una paradoja, somos ¡