“MIS HIJOS”
Presurosos los años se deshojaron y ágilmente resbalaron
los días y las noches. Hoy, los pequeños puños que apretaban mi dedo al caminar, son las viriles manos que sostienen
las mías para soñar.
Tan tiernos y amorosos dormían en mi seno, que imaginé la
vida, aunque es intrépida, se detendría. Amorosa utopía, el
horizonte no se deja acariciar, los ríos no se detienen, y
los años muestran abanicos de caminos para andar.
Se fueron por distintas sendas aprendiendo a dialogar sin
usar palabras y a percibir en el silencio melodías soñadas.
Siguen andando, andando y creciendo, creciendo y volviendo, esperando que la pelota que patearon en la canchita
llegue a la luna y meta un gol.
Son libres de la palabra, olor a tierra mojada,
aleteo, viento calmo y hombres de pecho abierto,
juguetes y caricias transformados en hijos
El amor, la brisa y la ternura transformados en padres