Era como una copa de cristal
frágil,delicada y transparente,
llena de un vino joven y alegre
que acerqué a mis labios de mortal.
Y bebí deseoso de aquél vino
saboreándo, paladeándo cada gota,
aún conservo su sabor en mi boca
que me sabe a vida y a destino.
Pero un día rebosó la copa;
el vino desbordó por todos lados.
Resbaló por mi barbilla,manchó mi ropa,
quise beber mas y terminé borracho...
Y al subirse la bebida a mi cabeza
me dí cuenta de que estaba enamorado.
J.M.BRAZAL