Hoy que, sensible, eres
la rosa perenne en el rosal de mi vida,
busquemos un edén donde poder compartir,
en la luz de la sombra y en la oscuridad del día,
el néctar de nuestra poesía.
Y dejémonos llevar por nosotros,
y leamos el libro vital con brillante mirada,
de día, a corazón abierto, soñando.
Hoy, sin pensar en el mañana,
bebemos el tiempo labio a labio,
sorbo a sorbo, verso a verso, latido a latido,
ahora que la vida nos acompaña
con nuestro libro abierto y compartido
con suspiros en cada página, en cada verso,
en la oscuridad del día y en la luz de la sombra,
saboreando la vida gota a gota, beso a beso.
12 de julio de 2010
Pau Fleta