Luis M. Castillo

Carta a un Condenado

Vulgar la mañana se torna ,

De verle marchar con las ropas casi medio puestas ,

El deseo parecía ser ya no el mismo provocado ,

Tan aburrido rechinan los dientes por rabias sedientas,

Semblanza libertína sonrojada y castigada .

 

Vida hambrienta esta desdicha es monstruosa ,

Lejos del mundo habitas vagabundo ,

Líneas bajo tierra el cielo no iluminará su frente ,

Jamás una noche sus vientos sacudidos,

Condenado amigo de palabras mudas el canto es maldito .

 

II

 

Que vengan a verle en sus jarras de vino ,

Postrado en un peso de mortaja mancillada,

Los colores son prohibidos a los ojos empapados ,

Malaventurado necio que se embriaga desmedido ,

Madrugadas movidas en sombría contemplación,

 

Insectos por el piso sin lucha ,

Migajas del cuerpo en el suelo derramadas ,

Oxida el sudor los hierros de la carne ,

La sangre supurada jadeante exquisita ,

Condenado amigo de palabras mudas el canto es maldito .

 

III

 

Salido de un cuento que profana al imbécil ,

El tiempo es eterno dónde la muerte parece una bendición ,

Insulta los vientres que negaron su gloria ,

Parece ser una prisa intensa la que lleva a cuesta ,

Duele en verdad la vida que su voz anuncia.

 

Perdido en un rumbo sin salidas ,

Para que salidas si no pretendes la náusea de la existencia ,

A quienes escupen al cielo esperando los restos de una gloria ,

A quien la estrofa siempre fue su dios y verdugo ,

Condenado amigo de palabras mudas el canto es maldito .