Calles vacías
repletas de recuerdos
en el otoño.
Casas silentes
con techos y paredes
abandonados.
Torpes siluetas,
con sombras, de personas
que llegan tarde.
En las aceras
se observan las basuras
desaprensivas.
En los tendales
hay prendas y vestidos
que están secando.
Se apura el sol
que alumbra el nuevo día
mientras bosteza.
Se seca el piso
y el polvo del camino
surge de nuevo.
También las casas
levantan las persianas
y se despiertan.
Y vacilantes,
los hombres se levantan
de su letargo.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/11/20
Es la estampa del clásico día de otoño y de noviembre. Un mes y un tiempo que ya está pasando y de suyo nos encontramos a menos de treinta días para entrar en el invierno y también en Navidad.