Jorge Horacio Richino

BANCAR LA PARADA

 

 

Como un perro solitario

con traza de vagabundo,

navego por este mundo

que hoy es un triste calvario.

 

Bien cerrada está la puerta

de mi prisión obligada

y hay que “bancar la parada”

pues el mundo está en alerta.

 

Justo cuando está acabando

el hilo del carretel,

surge esta jugada infiel

que a muchos se fue llevando.

 

Por tan tremendo dilema

mi esperanza ya está muerta,

frente a la condena incierta

de este sin final problema.

 

Y el reloj tan lapidario

que no admite mi reproche,

va girando día y noche

en toda ocasión y horario.

 

Pasa el tiempo en vendaval

y se vive en cuerda floja,

pero igual no se le afloja

ni hasta el fin del carnaval.

 

Aunque todo un plazo tiene

que la mente no resiste,

y así de pena se inviste

que no es lo que más conviene.

 

En tanto duermen colgados

los sueños de postrera hora,

que ya ni se los añora

pues quedarán congelados.

 

 

*Bancar la parada*: Lunfardismo del Río de la Plata

(aguantar, soportar, resistir determinada situación o

en un determinado sitio, etc.).

 

Jorge Horacio Richino

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