Izandro

Abril

 

Hoy es abril, y algunas veces siento que las mañanas me recuerdan a Septiembre,

Las plazas están vacías y los caminos llenos de tanta ausencia,

La tarde en mi puerto amado pretendió mentirme,

Cual enamorada que amaba a otros tantos, como a mi ella se juraba.

Hoy siento que debo hablarme a solas,

Y el instinto de porteño me dice que tenga cuidado,

Porque en las calles hay mucho oro y miseria,

Que se vende, por un poco de todo;

Hoy es abril, y en mis venas hay poco de aguardiente rojo que me da vida,

Y me pregunto como si me hablara en este recodo,

Si el color de mi sangre es la que me dijo…

El camino que seguiría;

Hoy… mis perros se llevaron un hermoso plato de alimento,

Cuando ayer no lo tenían,

Y sus hermosos ojos me miraron y era,

El decirme, cuanto me lo agradecían;

Hoy es abril de otoño y el frío me carcome los nudillos,

Y en la ciudad a solas, solo veo sombras que de lejos rehuían,

Hoy sé, que la noche como ayer, y como… ya no recuerdo…

Será otra aletargada agonía,

Sin ideas, sin cariño, sin alguien a quién decirle…

Así no fuera este otoño, es abril, pero si tú… estarías;

Esta noche de ciudad es un tanto fría,

Pero tengo una cobija, unas mantas, una cama,

Y un techo donde siempre me dormía,

Hoy es abril también en las alturas,

Donde también se siente frío,

Donde se muerde una piel de alpaca por pura hambre,

Y que ha sido bautizada por el rocío,

Hoy habrá un niño,

Que se pregunte en donde está el reino prometido,

Hoy es abril en la Puna de mis Andes,

Donde el sol es rojo y con un poco de amarillo,

Hoy no hay luna en esa Puna,

Donde un niño… al igual que yo… también siente este frío.