UN HUERTO EN MEDIO DE LA URBE
Autor: Eduardo Carreño L.
Rescatando esa serenidad absoluta,
que a veces parece perdida, sin explicación,
él escarba con su pala y rastrillo
en el pequeño oasis que ha creado,
en medio de la urbe…
Los niños lo miran, asombrados, sublimes,
por primera vez ven hortalizas creciendo
y no en las vitrinas del supermercado,
él solo asiente y sonríe ante los ojos de ellos,
entre edificios y calles atestadas de vehículos.
Un pedazo de tierra, en la cual el logra
dejar todos sus sentidos y ser parte del espíritu,
ese vivo de la madre naturaleza,
el huerto del gringo la llaman, él solo ríe,
escarbando, desafiando las sombras gigantes
y el ruido de las bocinas…
La urbe va cambiando…