No saben besar tus labios
y ya me llenas de besos.
Tu cuerpo aún es de niña
y lo recorren mis versos.
Olvidaste o no te importa
mi calendario arrugado.
Eres mi bella amante,
mi mujer, mi sueño amado.
Los pelos de tus trigales
son rubios rizos de oro
donde mis dedos perversos
te proclaman: mi tesoro.
Tu risa me tiene miedo,
tus pechos se me resbalan,
pero un te quiero sincero
tus caricias me regalan.
Tu juventud y la mía,
Cara y cruz de una moneda,
No cuentan sus años tontos
y conquistan las veredas.
El qué dirán quedó atrás.
Poco a poco voy creyendo
que a mi amor le falta edad.
Solo tiene sentimiento.
Te escribiré algún poema.
Eres la musa, mujer y mía.
Solo me falta llevarte
Conmigo, por siempre, un día.