Aprendo todos los días,
ojos sabios que no me engañan,
dolores que no me mienten,
manchas que enfurecidas me atrapan.
Aprendo todos los días
de experiencias, del cansancio,
de la penuria, de la paz,
de la gente que blande espadas.
Aprendo todos los días
del ritual de la calabaza,
del río que no llegó al mar,
de la sangre que no llegó al mar,
de las conjugaciones posibles.
Aprendo todos los días
que la luz no se detiene.