E. G. Cortez

Hyouka (Quam Amoena)

                  Hyouka

 

Ahora mismo no tengo

mas nada que mirarte,

pensar en tu existencia

como la semilla original

de mi terrible felicidad.

 

Mirarte tan solo, en frente de mi.

¡O sancta simplicitas, mirabile visu!

sentirte en cada palabra y gesto,

pedir asilo en la suerte de conocerte.

 

A veces me acuerdo de vos

cuando te sigo justo al lado.

\"siento que me voy a despertar\"

me digo, confianzudo y orgulloso

de que vos seguirás siendo vos

 

Les digo a los demás sin calmarme

\"Yo siento que soy solo suyo

y que es ella mi historia conjugada

quien me depositó con dedicación

arrullado en una sabana de lirios

dentro del baúl que es su corazón

donde luego desperté tranquilo

para crecer y crecer desde adentro

como si buscara abrazarla al revés;

Y sin embargo…

Es ella mi lenguaje victorioso,

mi poético simulacro pasional,

quien me sostiene dentro de si

como una diosa trascendental

Quien puso su mano tibia,

como una noche sobre la mía.

 

Y ahora mismo no tengo

nada mas que llamarte enamorado

He me aquí amor, Eros y Ágape

¡Quam amoena, oh quam amoena!

cualquier diosa amada erróneamente

ha sido sacrificada ante tus piernas

con su altar, su estatua y su fe.

 

Ahora mismo no tengo las palabras

para decir lo que es estar de pie

mirándola tan solo a ella.

Habría que gritarlo, decir que grito

lo que es ser la tierra que quiere sembrar

la casa donde quiso vivir,

la vida donde vino a dejar la muerte.

Es ella por albedrío y determinación

el sueño donde callado me acuesto

tan solo para poder dormir con ella.