Fijarse en el detalle cuando el que pasa hambre
sus lágrimas son lluvia y dolor exclama.
Cada gramo es importante cuando da calambre
el cuerpo frágil y débil.Se enciende la llama.
La que llama a ese río de piedad y quimera,
no dormir para no morir en el cemento.
O espiar para acabar muriendo en la bandera
de la indiferencia: contraseña del fallecimiento.
No es juego de hambre ni viento querido;
ni diente engordado por pan de hartura.
No.Pobre sus pensamientos como herido
por la Muerte quererlo en su envoltura.
Uno deja de ser humano para ser fantasma.
Una criatura a falta de abundancia.
Su vida se malgasta y nada le entusiasma:
no se entiende la vida pues brilla,la petulancia.