Tú no eres el famoso futbolista
tampoco aquel político cubano,
ni poeta, de mi tierra homenajeado;
tampoco el afamado conferencista.
Tú eres de mi patria el ciudadano
que contagia alegría con su risa,
y no le importa sudar la camisa
en las duras faenas de su ramo.
Tú eres esposo y padre de dos flores
continuidad de dos grandes amores,
en el jardín de la eterna primavera.
Extensión de la vida con tu doncella,
otros dos lindos; inquietos zafiros
que brillan aquí como las estrellas.
Tú eres, hijo de Quetzaltenango
adoptado en tierra del oriente
no eres simplemente un pariente,
tú eres mi familia, un gran hermano.
Mirna Carranza