Tened un feto
aquí clavaréis la partitura
indómita
de cientos de cadáveres.
Omitid su espacio incierto,
tan oscuro como el vuestro,
desterrad para siempre la migración
de los años, acabad por sajar
las comisuras de sus labios.
Desplegad banderas venenos óxidos
dentaduras postizas, veréis crecer
la antinomia de los cuerpos hermosos.
Nunca me pregunto
por los huesos incontables en que se apoya
nuestra civilización; detesto los collares,
sean del tamaño que sean-.
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