Los verdaderos mandamientos
son las leyes del tiempo y el espacio,
las leyes naturales,
la conciencia que late en nuestro pecho
la voz de Dios resuena en las galernas,
en las tormentas, en ríos, en casacdas
en el fuego ancestral de los volcanes
en los mares de olas encrespadas,
vibra en la dulce sonrisa de los niños
canta en el vuelo fugaz de los vencejos
clama en el llanto ancestral de las mujeres,
en el canto febril de nuestro pueblo
Compartimos deseos y temores
rios y selvas, océanos, desiertos,
somos hermanos en la madre tierra
que viven al abrigo de sus senos
si cumplieramos fielmente sus dictados
viviríamos en pleno paraiso
pero hemos arruinado su legado
y malvivimos al borde del abismo