Diego Nicolás García Contreras

Cuando llega la hora de dormir ll

Tuve el pensamiento de respetar mucho más horas 

Porque hoy no lo hago.

Es que a veces te encuentras con casualidades muy consecuentes...

Tal vez, si cuidara más las horas podía conciliar el sueño, coincidir en un ensueño, o suspiro relampagueante.

Cómo reloj cojo, como telón roto, rebosante con desplante de moto que avanza y tira líneas tras de sí.

¡Que será de José, el pobre tintorero!

Que descose sombreros para darlos al vaquero...

Y celebra su paseos en saltos diarios sobre la loma. Ostentosa altura de polvo y gallardía.

Otra es la tela que antes cosía...

 

¿Cómo arreglé la aurora del medio día,

y la mansión de primavera?

Y los zurcos que dejé en la piel de los higos los recuerdo con cariño, cómo algún otro retazo que retraté al azar...

¡Y por despiste!

¿Y...si conservo y guardo las horas sujetas al pañuelo de los recuerdos de la alegría?