Ayer desperté desnudo,
hoy me enseñaste a dormir.
Mañana no he despertado
del sueño para vivir.
De esclavo meto otro clavo,
martillo para existir.
Un clavo saca otro esclavo
“soy libre para escribir”.
Mi tinta quise servir
cuando te quise borrar.
Mis ojos buscan decir
lo que no puedo callar.
Así vuela el pensamiento
cuando debe respirar.
No ser la espiga que el viento
hundió en el fondo del mar.
Cultivar extensos valles
de poemas y de flores,
es combinar los colores
para encontrar los “detalles”.