Retomamos un beso en los rincones
de nuestras mentes volubles, al modo
de quienes a la pasión de la ausencia
se rinden poco a poco.
Nos abrazamos con paciencia, y luego
entre suspiros, como dos locos,
al fin nos unimos desesperados
en el acto amoroso.
¿Recuerdas el reencuentro al fin de Agosto,
después de tantos meses de abandono,
después de estar tan solos?
Y ahora nos reímos de ese tiempo,
abrazados, y entre besos, contentos.
Sabiendo que por siempre nos tendremos.