No se trata de rendirme a puñales
es que morder el suelo deja razón,
como levantarme entre ser y no ser
y que el espejo siga reflejando lo mismo.
Yo soy un Boulevard de sueños rotos
a veces incompleto, a veces infeliz,
puede ser de todo si se lo propone
puede ser un mártir para los demás.
Perdóneme si lo tropiezo
es que tambaleo al dormir
y me sorprende que no lo haya notado,
pues sueño con vivir.
Cuídese de mi poesía,
no busque luz en mi agonía
que yo soy campanas de noche
y ruidos de melancolía.
Y no se trata de rendirme una vez
es que ustedes piensan que ganaron,
aquí estaré preparando el hielo
para cuando muerda su propia lengua.