Posó sus manos
como buscando
nuevos pecados
por todos lados.
Pero yo me sentí solo.
Sí, ella me dio
deseo, ardor
y excitación,
mucha pasión.
Y yo me sentía solo.
Me recubrió
con un gran manto,
echo de besos
y de caricias.
Pero yo me sentí solo.
Tomé su cuerpo
firme y hermoso,
entre gemidos,
placer y gozo...
Y yo me sentía solo.
Llegué a gozar
durmió en mi cama;
la oí marchar
por la mañana.
Pero yo me sentí solo.
No fue su culpa,
sino del tiempo
que llega y mata
muy poco a poco
mis sentimientos.
J.M.BRAZAL