Alberto Escobar

Ese que...

 

Uma coisa é o amor, outra é a relação. Não sei se,
quando duas pessoas estão na cama, não estarão,
de facto, quatro: as duas que estão mais as duas
que um e outro imaginam.
—Antonio Lobo Antunez—

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Sí, muy cierto Antonio, lo dices muy bien,
lo dices con esa cadencia que solo tu idioma
es capaz de conceder a las palabras, a las letras
que engarzadas dan con significados que cual
pinzas de ropa se prenden sobre las costuras,
sobre los vellos que se yerguen ante 
las emociones subitáneas, aquellas
reacciones químicas que cual si fueran
muelles levantan el folículo del alma.
Tú mismo, Antonio, lo acabas de decir,
con mucho acierto por cierto.
Una cosa es el amor y otra la relación,
el amor es salvaje, es emergente
y no sabe tocar ningún instrumento
porque no sabe de partituras, no sabe
de leer arpegios y notas para pronunciar
una música escrita por otros, sabe tocar
de oído, sin papeles pautados ni escuelas,
ni conservatorios a más de cien grados
bajo cero; la relación sí sabe de eso,
la relación es poner al amor unas riendas,
atarlo en corto y dejarlo que desfogue
su violencia natural dando vueltas y vueltas
en un picadero, atado de la cuerda de un
dueño que se ha erigido en tal por la gracia
del hurto, caballo mostrenco que pacía fresco
en las laderas de la libertad, allá arriba, donde
la grama crece tierna, jugosa, sin aditivos ni
colorantes.
Sí, Antonio, la relación es la fórmula que el contrato
social se ha inventado para hacer del amor un producto,
una fuente de ingresos que alimente y dé nutricia
asistencia a los que nos nutren con patrañas y quimeras.
Sí, el príncipe y la princesa azules, estos que nos
acompañan en un lecho solo de dos cuando cuerpo
a cuerpo ajustamos cuentas, y nos engañamos...
o nos conformamos, vete a saber...

 

 

 

 

Voy a darle un aire poético.
Voy a comprimir toda esta perorata
para servirla en un formato más acorde
con el quid de esta página.
—Es que me he propuesto hoy, y también
el último día, el de la feria, cambiar mi
confortable tendencia a la escritura
espontánea con un falso ropaje poético—:

 

 

 

 


De qué valen mis labios ya,
si no los llenan los tuyos.
Para qué el amor,
si el estigma que te deja
en la piel es llaga
de Santa Teresa.
Amor versus Relación.
No quiero cadenas, solo tu caricia
caliente, de almohadas, sudor,
y preguntas.
Tú a mi lado, yo al tuyo, y la madrugada.
La ventana clarea la despedida,
el alba me traiciona, me habla de tiempo,
de un tiempo que no existe si tú existes.
Antes que el amor, el enamoramiento,
ese que vislumbra horizontes,
espejismos de carretera y asfalto
bajo la mentira de la canícula,
ese que ofrece a tu vista océanos
que desaparecen a escasos centímetros
de la verdad. Ese...que... se llora en silencio.