En mañanas de lluvia
y noches de desespero
tengo que lidiar con mi silencio,
no se calla en ningún momento.
Cada tarde veo pasar a los perros
buscando migas y huesos,
así como busco en mi recuerdo tus besos
y muerdo el anzuelo más de una vez.
Te escribo a miles de paredes,
me lees tan cerca del adiós,
alegas que aún está lloviendo
pero solo gotea en tu techo.
En días de lluvia,
mientras las hojas caen
y los pájaros cantan,
aún cuando el calendario da nuevo aviso,
aún cuando mi exigente mirada te busque
algún día chocará a quemarropa con la tuya.