I
Y nuestro odio, ocultó tanto cariño.
Yo, … me fugué de tu ser sin rumbo fijo.
Y cerraste las puertas, ¿quién te lo dijo?,
Cuando fui más capaz, tú viste a un niño.
Sí, terremotos por ti he provocado,
Sin mirar que perdía lo más profundo,
El amor de mi vida, todo mi mundo,
Y a mis hijos perdí por ti, pecado.
Y mi madre lloró, vio en ti mentira,
Me habló con amor, no le hice caso,
Y me fui y no escuche: ¡Francisco mira!.
Todo el bien lo perdí por la atroz locura,
De pensar que en tu vida yo sería vida,
Pero pago con hiel y pena… la desmesura.
II
Y tras la ofensa feroz busque distancia,
Olvidarme, borrarte , volver vencido
A mi casa, a buscar los más querido,
Y encontré tanta luz, ¡ gozo la estancia!.
Pero dentro de mi, queda algo tuyo,
El infierno se añora cuando te has ido,
Son residuos de mi mal, brote perdido,
Y se infiltra en los sueños, los siente suyos.
Y en la sucia verdad de la inconsciencia,
sonrío y te quiero, lucho por ti , herida,
y me postro ante tu luz, y eres la esencia.
Tan sólo quiero tu bien en esos trances,
Nunca quiero tu mal, jamás, luz fría ,
Que te llegue esta paz, y la dicha alcances.
Paco José González