Me das la espalda y el tiempo corre en reversa, parece que el tiempo no fluye al igual en los dos, eres arena tatuada en mi piel y aire que corre en mi sangre, te evaporas y vuelves como lluvia, bañas, pero secas al instante, tan inestable y rebelde envuelves mis sentidos y no me dejas andar, estoy atado a tu cuerda, pero aun así corres con libertad, eres una emulación del tiempo, tu ausencia son años, pero al tenerte tan solo pasan segundos y tu cuerpo me tiene corriendo a la fuerza y no me deja avanzar.
Estamos en un conteo regresivo, el sudor de tu carne aún permea en mí, siento tu respirar mientras me ahogo entre los ríos que te bañan, la marea aún me hace flotar y entre la niebla del paisaje aún siento tu mirada sobre mí, tus pupilas son como aquellas manijas a las que no me quiero aferrar, inevitablemente vuelvo a caer, cierro los ojos y me vuelves a dar la espalda, eres aquel círculo al que vuelvo por placer y aquel destino sin camino que me hace sentirte pero sin poder tenerte.