Pensando en las matemáticas
podría pasarme las horas;
arrebatado entre ecuaciones…
me anego en un mar de emociones.
Pero nada como los atardeceres,
bebiendo un aromático café,
dibujando enigmáticas figuras
que me llevan a realidades alternas.
Así se pasan los segundos...
que se hacen interminables minutos,
sustraído en espacios matemáticos,
hacen de mi vida, un mágico universo.