Las nubes
cargadas de lluvia se acercan a lo lejos,
el cielo se prepara
y esconde los rayos del sol entre sombras,
ella
observa el día hacerse noche
y el frío invade poco a poco su piel.
La lluvia cae…
y le parece ver un rostro triste reflejado en la ventana
abriga su cuerpo con una manta,
y sorbe la hiel impregnada en el fondo
de su taza de café…
más allá de sus ojos se cierne algo incierto
pero ahora tan solo ve la lluvia caer.
Las luces de la ciudad
comienzan poco a poco a encenderse,
y a lo lejos
el mar esconde su inmensidad.
¿Cuán perdida habrá estado?
abstraída en absurdos pensamientos
o
tristezas pasajeras,
pensamientos nefastos,
dolores ajenos
que no escuchó a la felicidad tocar su puerta,
no sintió el dulce sonido de la alegría,
sumida en la melancolía
destruyó todos los caminos que la guiaban
a la salida…
algo en su triste reflejo
y en la lluvia
la seducía.