Luis M. Castillo

Desahuciado

Permite al olvidado lanzarse por la ventana

Susurros al oído para ánimos exaltar,

Rompe el brandie de la amargura en un letal sorbo,

Cerca de allí, 

Cerca de alli.

 

Pero dejemos claro que ni la mas ardua hazaña le salvará, 

Perteneces eterno al dolor mas ondo descrito en la garganta de Vallejo, 

Tal vez ,digamos mejor que extrañamente resistas,

Eso sería una burla necia por las especies bastardas de Darwing.

 

Apresuran la violenta soberbia,

Desviado al principio queriendo el final ,

Mira como soportan los demonios tan plácida elegancia, 

Aun sin el contorno de las prosas regias marginadas.

 

Todos hablan, todos gritan,

Tantas ideas consumidas doblegadas en la orgia ,

Numerosas quejas de la herida leprosa,

Habitante de las guerras prometidas bajo el cielo, 

 

Era de tierra con aromas andinos, 

La cordillera desnuda hablando por muerta lengua, 

Otorgaras unas monedas a la raza que suplica?

¡Todo por golpes a la puerta inexistente!

 

Previo yace tal silencio por abrupto punto,

Que ganas malditas por corduras indisponer,

Del deber por hacer la enfermedad mas violenta, 

Sembrada por arenas de las causas mas necias y fecundas.