Las olas nos deshacen
la balsa de nuestra existencia
y ponemos por resistencia
el valor inocuo de nuestra voz
Hemos de sufrir los males
de nuestra individual libertad,
se rompen las clavijas
de nuestro sustento emocional.
Endebles ante la naturaleza,
dioses creemos que somos y,
las miserias de la riqueza
nos paralizan la voluntad.
En esta isla, llamada Tierra,
rodeada de odio y sinrazón
pretendemos salir airosos
resguardando nuestra codicia